Vence tu miedo a emprender con esta fórmula ganadora

by - junio 06, 2021

como vencer el miedo a emprender


La historia del Rey Conall Gulban y los enanos de la Isla Kilronan


En el siglo V, cuando las manzanas aún eran color de rosa y los lirios tenían cabeza de leopardos, existía un rey, en la Irlanda antigua, llamado Conall Gulban. Diestro guerrero y también conquistador, un sucesor ecuánime del mismo Alejandro Magno, se encontraba tomando agua de una piedra cóncava en la isla de Kilronan cuando él y su tripulación de barco estaban tomando un descanso.

Conall, siempre muy curioso, se adentró en los recovecos de aquella isla que por cierto tenía unas áreas un poco escalofriantes, piedras con hoyos, como cuevas, donde parecía vivir alguien. Esto le atraía a Conall, pues siempre quería socializar o negociar con las personas, o finalmente matarlas y conquistar sus tierras. ¡No era malo, era simplemente un negociante...y también era rey!

De repente, escuchó un escándalo, pasos acelerados, chasquidos de dedos, gritos, y pies que se hundían sobre la arena de aquella isla sin la menor indulgencia. Eran pies de traición, pertenecientes a toda la tripulación de su barco que querían dejarlo desterrado, muerto de hambre y sed, abandonado en aquella isla espeluznante.


Se fueron y el pobre rey Conall Gulban, quedó abandonado en la isla. Ni siquiera le dejaron un cuchillo para cortar cocos y al menos sobrevivir por varios meses. ¡Hasta le dejaron sin agua! Y si se hubiera descuidado, hasta se le llevan su sombra.

Por primera vez en su vida, Conall experimentaba escasez...y no pasó mucho para que por primera vez en su vida, experimentara miedo...

Llegó la noche! Uuuhh, terrible noche en una isla desierta como aquella. Una isla cuyos vientos iban mezclados con olor a sal de mar y sangre.

De acuerdo a Diario de Emprendededores, las crisis nos llevan a desatar la bestia que llevamos dentro y a superar los miedos.

Conall se encontraba desconcertado aún y casi llorando frente a las fieras ondas de aquel mar, cuando de repente escuchó ruidos por todos lados en la isla.

Eran como carcajadas comprimidas con lamentos y sonidos de ramas que se quebraban.

De repente, ya no era la luz de la luna la única chispa de esperanza...sino cientas de pequeñas luces que se miraban por toda la oscuridad y el espesor de la noche entre los árboles de aquella espeluznante isla.

Eran ojos brillantes que observaban al buen Conall Gulban, rey de Wyogyll, y por un momento pensó que quizás eran sus enemigos, todos escondidos en aquella isla para matarle.

El miedo se apoderaba de él, el miedo se chorreaba sobre su cabeza como una espesa baba de alquitrán que no le permitía pensar con claridad.


Salieron de su guarida aquellos ojos y eran una población inmensa de fieros...pigmeos? O algo así, eran unos enanos cabezones con los dientes más afilados que la espada de dos filos.

Conall sentía que sus pies ya no podían sostenerlo, se estaba muriendo de miedo. Su lengua era como un pedazo de carbón que era echado en su garganta cual locomotora alimentada por el pavor y el desconcierto.

Los enanos podían sentir su miedo y se acercaron más y más a él. Y bajo la luz de la luna, Conall pudo observar un detalle: entre los miles de enanos, había uno que era el más pequeño pero más cabezón, casi como un gran mazo, era su cabeza.

En un momento repentino, analizando su entorno y una potencial manera de defenderse, Conall pensó que lo ideal era agarrar de las canillas al enano cabezón y usarlo como mazo para matar al resto.

Y así fue: ¡Zaaaas! Le tomó rápidamente por las canillas y comenzó la matanza: ¡slush, slush, slush! Se escuchaba mientras salían huesos y miembros por todos lados, y sangre abundante.

Conall Gulban había acabado con uno y cada uno de los enanos. En sus manos sostenía solamente las canillas temblorosas del enano cabezón. No quedaba nada de sus restos, más que sus canillas descuartizadas.

Tú y yo nos encontramos con circunstancias aterradoras en la vida. Por ejemplo, ahora mismo quieres emprender, quieres ser libre, pero te encuentras con una serie de enanos, problemas, que quieren raer tus carnes, quieren matarte o en el mejor de los casos, humillarte y arrebatar tus sueños.

No tener miedo a tomar una decisión es la fórmula secreta para romper paradigmas y crear todo tipo de oportunidades.

Al igual que Conall Gulban, no importa cuanto miedo tengas, lo que más importa es la movida correcta que haces en el momento más aterrador de tu vida. ¡Es el tiro de gracia, el zarpazo audaz, la movida jaque mate, la chispa adecuada!

Conall detectó la oportunidad de su victoria en el enano que fue usado como mazo.

Tú puedes hacer lo mismo actualmente en tu vida. ¿Qué te está aterrando? ¿Quién o qué te ataca? Mira tu entorno y encuentra esa oportunidad con la que puedes apagar todos tus miedos y alcanzar la victoria.

El miedo es la razón principal por la cual no logramos revelar nuestro pleno potencial.

Muchas veces, la raíz de ese miedo está en un evento traumático de tu infancia o también en un modelo constante de comparación con un amigo o familiar tuyo - el cual en el fondo crees que es superior a ti en muchas maneras...sino todas.

Nuestros padres muchas veces, en un intento de educarnos, nos dicen “¿¡Por qué no puedes ser como fulanito?!” - para ellos ese fulanito es un modelo a seguir, es la persona idónea en la cual debemos convertirnos.

Es en ese momento donde comienza una dinámica traumatica de constante comparación, empiezas a sentirte cohibido, achicado, y te frustras por querer ser como la otra persona.

Nunca te das cuenta que no se trata de compararse con nadie. Se trata de sobresalir tal como eres.

Algo que tienes que tener claro es que siempre hay alguien mejor que tú, punto y final. Y no tiene nada de malo, pero lo malo es cuando inicias a compararte compulsivamente.

No amigo, como decían los Beatles, “let it be”, déjalo ser, tú no te preocupes por nada.

No hay nada más gratificante para el ser humano que ser él mismo, con sus características particulares, su propia idiosincrasia y cultura. Hay plenitud de gozo cuando te conoces a ti mismo, cuando estás consciente de tus gustos y disgustos, de quién eres y lo que puedes dar.

Al contrario que cuando caes en el limbo de la identidad, donde te comparas con alguien más y no logras ni equipararte con ellos, ni tampoco conocerte a ti mismo.

Esa si es una crisis de identidad severa. No caigas en ella.

Pero tú puedes salir de esta, solamente tienes que empezar a conocerte a ti mismo, tal como cuando conoces a una persona, empieza a preguntarte cosas. Eso es lo que la psicología llama “Self awareness” o “autoconciencia”. Es ese estado donde pones atención a todos los detalles. Vas a una cita médica, estás esperando en la recepción, ¿qué color son las paredes? ¿Qué tipo de revistas hay? ¿La mesa es de vidrio o madera? Luego vas al supermercado, en el parqueo, ¿qué carros tienes a los lados? ¿Qué colores son las líneas de parqueo, amarillas o blancas?

Todos estos son detalles que te ayudarán a conocer mejor tu entorno y principalmente tu identidad. Pregúntate constantemente como te sientes. ¿Qué te gusta del lugar donde estas? ¿Qué te ves haciendo frecuentemente? ¿Qué comes en el desayuno? ¿Qué actividades priorizas en tu trabajo?

No te dejes llevar por la rutina ciega, tienes que poner atención a esos detalles para tener un nivel de conocimiento profundo en QUIÉN ERES! Y por consiguiente, evitar caer en la trampa de empezar a compararte con alguien más y caer en la tumba del MIEDO!


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