La lechera y las startups exitosas que nunca despegaron
Las startups exitosas que nunca despegaron: un poema inspirador para emprendedores
Por: Jorge Reyes
De niño en la escuela nos leían el poema: La lechera y el cántaro de leche[1]. Que en esencia es la historia de una muchacha que lleva al mercado a vender una leche, en el camino sueña que con el dinero de la venta de la leche va a comprar unos huevos. Los cuales van a producir unos pollitos que va a criar y que luego venderá para comprar un cerdo el cual criará para venderlo y por último comprar una vaca, la cual producirá la leche que ella podrá vender en el futuro.
Todo bien hasta allí, pero en el mismo cuento la muchacha da un salto y se le cae el cántaro y bota la leche. A modo de lección dice: No anheles impaciente el bien futuro: mira que ni el presente está seguro. Un cuento que nos enseñaba lo peligroso que era pensar en el futuro, pues podías dañar tu presente por poner tu mirada el mañana.
Lo interesante es que eso lo leían en primaria, un cuento que te robaba las ganas de soñar, fantasear o ilusionarte con un mejor mañana. Cabe recalcar que la escolarización no enseñaba a emprender, educaba para ser empleados. Bueno, no es el asunto a mostrar hoy.
Lo que deseo hoy es darle continuidad a esa historia inconclusa, darme el derecho o el deber de sacar a esa muchacha de un poema, cuento, sin fin. Ya que Ella termina sin cántaro, sin leche, sin sueños, sin nada. Y para eso voy a usar la teoría del multiverso o de los universos paralelos: Que es en la idea de las posibilidades de respuestas a una situación solo que en otras dimensiones.
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Dimensión uno:
La muchacha se levantó frustrada, ni recogió los pedazos de cántaro y regreso a su simple vida. Ya no quiso soñar más y se casó y se convirtió en ama de casa hasta el final de sus días.
Dimensión dos:
La muchacha se levantó frustrada, limpió lo que había ocasionado y decidió iniciar de nuevo el proceso, aprendiendo a tener más cuidado. Se logró posicionar en el mercado y hoy tiene una cadena que suministra leche a varios mercados.
Dimensión tres:
La muchacha se levantó y se dio cuenta de que los cántaros eran frágiles y se preguntó: ¿A cuántas personas le habían pasado lo mismo? Así que ideó la manera de crear un mejor recipiente y de esa manera creo los recipientes de: Vidrio, aluminio, plástico y hule. Hoy se dedica a vender esos recipientes.
Dimensión cuatro:
La muchacha lloró amargamente, maldijo al cielo y se preguntó: ¿Por qué a mí? Posteriormente con todo su resentimiento ha culpado a sus padres por ser pobre, a la sociedad por ser injustas y hasta el mismo barro por ser frágil. Dicen que murió sola y amargada.
Dimensión cinco:
La muchacha se levantó y decidió iniciar de nuevo, al día siguiente tuvo más cuidado y logró vender la leche y comprar los pollos. Al mes se le murieron todos los pollos por la gripe aviar. Decidió iniciar de nuevo el proceso: Logró cuidar los pollos, venderlos y comprar el cerdo, el cual le fue muy difícil para criarlos. Dicen que al final decidió estudiar veterinaria y acompañar a las personas de su pueblo en las crianzas de animales.
Dimensión seis:
Si esta muchacha te representara a ti: ¿Qué final le darías? ¿Cómo terminaría esta historia si se pareciera a tu historia?
Bueno, es tiempo de las múltiples reflexiones:
Son pocos los emprendedores que piensan y logran la auto sustentabilidad, la capacidad de proveerse o darse los servicios necesarios que necesitan sus startups. Así como aspiraba la muchacha.
Sí, soñar lleva riesgo y probablemente sea como construir castillos en el aire, pero reflejan esperanza y por los soñadores hoy tenemos cosas que hace tiempo parecían locuras. Hace dos siglos era una locura volar, hoy tenemos aviones; hace 60 años era locura en soñar en ir a la luna, hoy ya se llegó a Marte.
Un revés no debe detenerte frente a un sueño, porque tu sueño era lograr algo, no rendirte frente al primer inconveniente. La muchacha decidió renunciar a su sueño.
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Todo emprendimiento viene acompañado de lecciones, nadie nace aprendido y uno no se las sabe todas. Aquellos que han encontrado un negocio rentable han pasado por varios negocios donde perdieron. La muchacha se levantó, aprendió la lección y emprendió.
Hay experiencias duras que se pueden transformar en grandes lecciones para encontrar un mejor negocio. La muchacha encontró la manera de hacer mejores recipientes.
Culpar a otros es el mayor síntoma de inmadurez y el primer indicio que la persona no va a aprender nada, porque ya resolvió el problema dejándoselo a otros. La muchacha culpó y maldijo.
Tu problema y la lección que saques de eso será de gran ayuda para otros emprendedores. No hay fracasos, solo lecciones y experiencia y eso en la vida es muy importante. La muchacha se volvió veterinaria.
Tu reflexión, tu experiencia, tu punto de vista y tus sentimientos son muy importante y diferente a los de los demás, por tanto es tiempo de valorarla, para entender la de los otros. Tu personalidad responde a esos factores y si alguien no está de acuerdo con vos en algún punto de vista es por su experiencia, conocimiento y sentimientos.
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Por tanto aquello que te parece posible a ti, pueda que le parezca ilógico a alguien, solo déjalo, no es necesario entrar en conflicto por pensar y sentir diferente. Por eso un final donde tienes la libertad de escribir de acuerdo a tu experiencia de vida.
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Conclusiones
Emprender no es un camino fácil pero tampoco imposible y requiere de óptima concentración en el presente y no de ansiedades futuras.
El impulso de tu negocio no debe ser el desmedido deseo de lo que harás con tus ganancias, sino más bien crear oportunidades y resolver problemas para tu consumidor.
Existen muchos caminos que puedes tomar, muchas decisiones críticas que hacer, por tanto necesitas de mucho discernimiento para no estropear tus planes solo por tus emociones.
Debes permitirte aprender, cometer errores y aun fracasar, pero nunca debes permitirte creer que ya lo sabes todo o peor aún rendirte.
Parte de ser un emprendedor es tener el liderazgo para escuchar a los demás y respetar sus diferencias y opiniones.
Tu puedes tomarte la libertad de soñar, de tener una visión grande, pero lo más importante son las acciones concretas que tomas para llegar a esos sueños y a esa visión.
La reflexión sin acción es pura ilusión, y la acción sin reflexión es meramente activismo. Debes considerar un balance y ser consecuente en lo que haces y cómo lo haces.
Por más que todo salga mal una y otra vez, nunca debes permitirte tener un fin derrotado. Siempre tienes que buscar alternativas para despegar tu negocio.
5 Comentarios
Buen día.
ResponderBorrarMuy buena la historia, pero sobre todo, el ingenio de rescatar aquella historia y darle otro final, que se acerque a nuestro contexto.
Aquella historia sin fin o con un fin suspensivo fue para una lección.
En el rescate, es motivar el emprendedurismo, solo es mi análisis.
En la historia, la motivación mejor seria ser veterinaria, y como tal emprender, pero también servir a la sociedad.
Pero si la inclinamos a emprender será un beneficio muy personal, pues pensaba no en la necesidad de los demás sino en la tenencia del capital.
Saludos y gracias por esta reflexión
Genial, amigo, wooow, tu análisis es muy bueno. Ciertamente es una perspectiva muy enriquecedora!
ResponderBorrarExcelente
ResponderBorrarDios le bendiga siempre
Mil gracias, bendiciones para ti, igual
BorrarExcelente
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